Fernando Fazzolari

Instalaciones

La Muerte Es(T)etica

Salas Nacionales de Exposición, Buenos Aires 1994

1994

 Sr. Juez, Queridos amigos


El tiempo que me ha tocado vivir dejó penetrar las raíces de la pena en mi alma.

Aquellas ideas que anidaban mi espíritu fueron arrojadas al aire por la tempestuosa fragilidad de las formas.

Me siento incapacitado, cada día más, para convivir con este mundo donde el otro ha desaparecido.

El acto poético ha dejado de manifestarse o tal vez, sigue manifestándose sin escucha.

El pensar ha sido abolido por el ruido y la acción refleja, hemos transistorizado las relaciones y el fenómeno dialógico aparece como una relato propio de la arqueología.

He intentado dar sentido al pensamiento, ofrecer una forma como medio para la reflexión del otro.

Pero ese pensamiento sólo vive a través de la existencia y el interés del otro y ese otro a quien buscamos emigró tiempo atrás hacia el desierto.

Y digo sólo porque aquel otro que solo también se piensa, ha perdido el permiso de referirse a si mismo y eso es grave.

Por eso, de tanto abrirlos, el deseo de saber me ha clausurado los ojos para siempre.

Buenos Aires, Diciembre 1994